El llamado dinero digital sale de la oscuridad en la que estaba y la UE ha abierto la puerta a su regulación, pese al enorme impacto medioambiental que supone su creación y mantenimiento.
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Los Reporteros analiza lo que, dicen, será el medio de pago del futuro: las critpomonedas. Un "dinero digital", al margen de la autoridad bancaria, convertido en la inversión de moda y susceptible de ser utilizado para todo tipo de delitos. Esta semana, la UE ha abierto la puerta a su regulación, a pesar del impacto medioambiental que suponen.
Entender qué son y cómo funcionan nos obliga a volver a las aulas y a manejar un vocabulario nuevo. Ulises Pastor, investigador de la Universidad de Sevilla la define como "una moneda electrónica descentralizada que no tiene una entidad central o un banco y que utiliza una técnica que es la blockchain". Y es que una moneda convencional tiene un banco que se encarga de verificar que todas las transacciones son válidas, pero las criptomonedas buscan un sistema descentralizado y en el cual la privacidad es total.
Así que no hay ninguna autoridad como el Banco de España o el Banco Central Europeo, que las regule. Desde que en 2009 alguien bajo el pseudónimo Satoshi Nakamoto crease el bitcoin, la criptomoneda madre, han surgido miles. Con ellas se puede comprar, vender, invertir... ¿Quién les da validez? Una tecnología informática compleja llamada blockchain o cadena de bloques, "una forma ingeniosa para tener un registro de las transacciones que han llevado a cabo y validar las transacciones"
Detrás hay una red de personas, llamadas mineros, que manejan ordenadores o servidores con copias de esas transacciones. Están repartidos por todo el mundo, enlazados y asegurados usando criptografía, la ciencia de los mensajes secretos. La misma que permite mandar un mensaje de texto o un correo electrónico. De modo que el blockchain es como un gran libro abierto de contabilidad. Carlos Aránguez, fundador Asociación Usuarios de Criptomonedas explica que "minar criptomoneda significa validar las operaciones que se realizan con criptomonedas y, también, con ese proceso de minado, se producen nuevas criptomonedas y por hacer eso se percibe una comisión".
Alberto García Valera, socio director de la consultora EY Andalucía asegura que "los Estados y las autoridades financieras se han dando cuenta del volumen tan espectacular que están tomando los criptoactivos, cerca de dos billones de euros en una fecha muy reciente, más de 150 veces lo que era hace apenas cinco años con lo cual se han visto en la necesidad, en el impulso de tener de alguna manera, de darle algún tipo de supervisión". Es esto, en su opinión, lo que lleva al euro digital, que lo tendremos a partir del año 2026 o que incluso países como Bahamas o El Salvador hayan determinado la posibilidad de tener criptomonedas como monedas de curso legal en sus territorios.
Ya hay en algunas calles, una especie de casas de cambio como nos cuenta Jorge Hidalgo, comercial de Bitbase. "Nosotros no estamos guardando en ningún momento el dinero del cliente, siempre es un cambio de empresa a cliente ya sea de euros a criptomoneda o de criptomonedas a euros… cobramos una comisión por ello y aparte asesoramos al cliente y resolvemos las dudas que tenga en el tema de las criptomonedas". Las criptomonedas se guardan en monederos o wallets y en Bitbase tienen incluso un cajero automático que facilita las operaciones. Basta tener un móvil.
Además, aunque no son muchos, con criptomonedas también podemos pagar en algunos comercios que se han apuntado a este nuevo método digital en Andalucía. Pero sobre todo, la criptomoneda es algo en lo que se invierte y de hecho en España hay más de 4 millones de inversores en criptomoneda. Nos lo explica Antonio, un almeriense apasionado de la tecnología blockchain y experto en ciberseguridad. "La educación para entrar en este mundo es primordial. Tienes que tener mucho cuidado y tienes que saber qué hay detrás. En el mercado de acciones, ver un dos o un tres por ciento es algo señalado en un día pero aquí, en el mercado de criptomonedas, podemos ver un 50%, un 100% positivo, normalmente, en torno a un 7-8% diario. Es un mercado para corazones fuertes", admite.
Ante esta situación, España se ha convertido en el primer país de la UE en regular la publicidad de criptomonedas. La Comisión del Mercado Nacional de Valores ya reprendió al futbolista Andrés Iniesta por publicitar este tipo de inversión en las redes sociales. Como explica Antonio Sánchez, presidente de Blockchain Andalucía, "el tema de la nueva normativa quiere controlar el tema de los influencers que tengan más de 100.000 suscriptores. Esa gente tiene que tener mucho cuidado con lo que están patrocinando porque quieren salvaguardar lo que es el pequeño inversor que no entren dentro de una oferta que van a perder luego su dinero".
Todo este tipo de criptoactivos tiene que tributar de forma ordinaria sea en el impuesto de patrimonio, en la suma de todos ellos, ya sean en impuestos sobre la renta por las ganancias patrimoniales o ya sea incluso en la operativa de circulación cuando se compran y se venden con los impuestos indirectos correspondientes.
Este boom ha provocado que a Andalucía también lleguen las llamadas 'granjas' de criptomonedas, como la que destapó recientemente la operación Troya en la localidad sevillana de Santiponce. Donde pensaban encontrar una plantación de marihuana indoor, les sorprendió una granja de minado de criptomonedas: más de veinte ordenadores trabajaban para validarlas y crearlas. Según Ángel Pérez, jefe de delitos tecnológicos de la Jefatura Superior de Policía de Sevilla "una granja de criptomonedas que esté dada de alta en la seguridad social, pague los impuestos que le corresponden, es perfectamente legal en España". Pero si se hace de forma legal es poco rentable porque necesita un consumo de electricidad desmesurado, tanto para los propios equipos como para los sistemas de refrigeración que se necesitan.
Carlos Arángez, fundador de la Asociación de Usuarios de Criptomonedas precisa que "las criptomonedas permiten lo mejor y lo peor. Como decía Einstein, la tecnología no es completamente neutra. Con un cuchillo puedes pelar una patata o cortarle el cuello a tu vecino. Ahora mismo con las criptomonedas sucede lo mismo. Ahora mismo existe una dark web, una internet profunda en la que con criptomonedas se puede comprar pornografía infantil o nuestros datos de nuestras tarjetas de crédito pirateados o productos que se mandan ya el mundo real pagados con criptomonedas como cocaína, armas, etc".
Las dos caras de las criptomonedas. La más oscura y la que aporta luz. Hoy día miles de empresas trabajan con la tecnología blockchain en el sector de la medicina, el arte, los seguros o la alimentación. Sin ir más lejos, en la mejora de la trazabilidad de productos como las hortalizas almerienses y combatir así su reetiquetado. Es el futuro.